Ya se cumplieron 9 meses desde que solicité el duplicado de mi cédula de ciudadanía, luego de que me robaran mi cartera con billetera y todos mis documentos dentro, el pasado 5 de abril, en una pizzería gourmet del norte de Bogotá. Todo alrededor de este tema es un drama. Sentirse robado,
espiado, quedarse sin papeles, salir a bloquear tarjetas, y sobretodo, saber los trámites que te esperan. Yo, lamentablemente ya estoy curtida en este tipo de situaciones. En los últimos 10 años, he sido robada en 6 ocasiones, y siempre se han llevado todos mis papeles, y algo más.
Para empezar, lo más desmoralizante cuando te roban es ir a poner el denuncio. Al llegar a una estación de policía o a los carritos móviles que atienden denuncias y contravenciones uno esperaría que alguien le preguntara: qué le pasó, en qué circunstancias la robaron, cómo podemos ayudarle. No, nadie te pregunta, ni le importa absolutamente nada. Simplemente te indican que debes comprar una copia de la constancia juramentada o el formato de denuncia y llenarlo. Un policía de manera mecánica, lo registra, te hace firmar un libro y ya está! quedó puesto el denuncio. Un papel que entre otras cosas ya no sirve para mucho, pues ni siquiera puedes consignar allí que te robaron tu cédula o los documentos. Por una absurda disposición normativa, ahora en el formatico reza abajo la frase " No válida para pérdida de documentos de identificación o hurto de elementos o documentos". Por lo cual, sólo puedes escribir ahí que te robaron la cartera, el celular, las tarjetas, la usb, etc. , pero no tu cédula de ciudadanía. Así que desde ese momento, hasta que inicie el viacrucis por la Registraduría para pedir su duplicado, el ciudadano está desprotegido para demostrar si alguien comete un delito con su cédula en ese tiempo, que ese no era él como consta en el denuncio que acaba de poner. No, no se puede. Imagínense si el robo se da un viernes por la noche de un puente por ejemplo.
El siguiente paso es averiguar en la registraduría los trámites para sacar el duplicado. Uno va a la página web pues por teléfono es muy difícil obtener la información. Allí indican que se debe ir a una registraduría especial o auxiliar y presentar entre otras cosas: 3 fotos a color, de 4 x5 cm, fondo blanco, de frente y con ropa oscura. Además, consignar 30 mil pesos en una sede del banco agrario o popular. Hasta este punto, el ciudadano que ha sido robado quién sabe en qué circunstancias, muchas veces con violencia, ya ha tenido que pagar el costo de la fotocopia para denunciar, el transporte para ir a tomarse las fotos, las fotos con las especificaciones que entrega la página Web de la registraduría y los 30 mil pesos de la consignación bancaria. Todo esto con plata prestada casi siempre, pues ha tenido que bloquear las tarjetas y cuentas. De ahí vaya a la registraduría auxiliar y oh sorpresa! al llegar ahí le dicen que las fotos que se tomó no le sirven y que las fotos se las toman directamente allí sin costo. Ya para qué? Ya se perdieron los 12 mil pesitos de las fotos. Luego de un par de horas el ciudadano sale de allí con una contraseña, pero le informan que debe entonces dirigirse a la Registraduría Nacional para que se la refrenden y tenga validez. Antes de salir, la funcionaria le explica que “por los medios de comunicación le avisarán cuando podrá ir a reclamar el duplicado”.
Para empezar, lo más desmoralizante cuando te roban es ir a poner el denuncio. Al llegar a una estación de policía o a los carritos móviles que atienden denuncias y contravenciones uno esperaría que alguien le preguntara: qué le pasó, en qué circunstancias la robaron, cómo podemos ayudarle. No, nadie te pregunta, ni le importa absolutamente nada. Simplemente te indican que debes comprar una copia de la constancia juramentada o el formato de denuncia y llenarlo. Un policía de manera mecánica, lo registra, te hace firmar un libro y ya está! quedó puesto el denuncio. Un papel que entre otras cosas ya no sirve para mucho, pues ni siquiera puedes consignar allí que te robaron tu cédula o los documentos. Por una absurda disposición normativa, ahora en el formatico reza abajo la frase " No válida para pérdida de documentos de identificación o hurto de elementos o documentos". Por lo cual, sólo puedes escribir ahí que te robaron la cartera, el celular, las tarjetas, la usb, etc. , pero no tu cédula de ciudadanía. Así que desde ese momento, hasta que inicie el viacrucis por la Registraduría para pedir su duplicado, el ciudadano está desprotegido para demostrar si alguien comete un delito con su cédula en ese tiempo, que ese no era él como consta en el denuncio que acaba de poner. No, no se puede. Imagínense si el robo se da un viernes por la noche de un puente por ejemplo.
El siguiente paso es averiguar en la registraduría los trámites para sacar el duplicado. Uno va a la página web pues por teléfono es muy difícil obtener la información. Allí indican que se debe ir a una registraduría especial o auxiliar y presentar entre otras cosas: 3 fotos a color, de 4 x5 cm, fondo blanco, de frente y con ropa oscura. Además, consignar 30 mil pesos en una sede del banco agrario o popular. Hasta este punto, el ciudadano que ha sido robado quién sabe en qué circunstancias, muchas veces con violencia, ya ha tenido que pagar el costo de la fotocopia para denunciar, el transporte para ir a tomarse las fotos, las fotos con las especificaciones que entrega la página Web de la registraduría y los 30 mil pesos de la consignación bancaria. Todo esto con plata prestada casi siempre, pues ha tenido que bloquear las tarjetas y cuentas. De ahí vaya a la registraduría auxiliar y oh sorpresa! al llegar ahí le dicen que las fotos que se tomó no le sirven y que las fotos se las toman directamente allí sin costo. Ya para qué? Ya se perdieron los 12 mil pesitos de las fotos. Luego de un par de horas el ciudadano sale de allí con una contraseña, pero le informan que debe entonces dirigirse a la Registraduría Nacional para que se la refrenden y tenga validez. Antes de salir, la funcionaria le explica que “por los medios de comunicación le avisarán cuando podrá ir a reclamar el duplicado”.
Va uno entonces hasta la sede central en la 26, hace la fila y espera al menos hora y media para que le entreguen la contraseña refrendada y supuestamente con validez. Sin embargo portar este papelito verde sólo demuestra que su documento está en trámite y no en todas las partes lo reciben efectivamente. En las casas de cambio de moneda y algunos establecimientos comerciales o bancarios se resisten a aceptarlo como documento de identidad. Han pasado ya 9 meses como comenté al inicio desde que inicié este trámite. Esta semana llamé a una línea que habilitó la registraduría para averiguar si ya estaba listo, y luego de digitar el número de mi cédula una máquina me respondió que el documento no ha salido aún al proceso de producción. Conclusión, seguir esperando bajo esta incómoda situación de ser un indocumentado más. Y en mi caso personal, rezando para que con mis 6 cédulas robadas no sigan suplantándome. Han metido cheques falsos y hasta abierto negocios a mi nombre. Eso tampoco he podido aclararlo, pero eso merece un capítulo aparte. (Foto: El Espectador)
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