Hoy decidí liberar mi diálogo interno y compartir con el que guste mis opiniones y puntos de vista sobre mi país, su política, cultura y su gente.También sobre la vida simple, y momentos sencillos y otros no tanto, de una mamá que adora escribir.

Y es que combinar estos dos oficios el de madre y periodista no es nada fácil. Los dos son de tiempo completo y exigen una dedicación especial, por eso al combinarlos siempre existe esa íntima sensación de que el uno le está robando calidad al otro. Para mí no ha sido sencilla la combinación.

Primero fui periodista que mamá, así que por años me las arreglé para ocuparme de ambos de la mejor manera. Me mudaba en el mismo vecindario donde estaba mi lugar de trabajo para así poder "volarme" entre la editada de una nota a dar un tetero o esperar la ruta del bus. Buscaba una empleada que antes que cocinar y limpiar supiera jugar y reír.



Al principio creía que esto funcionaría, pero no tanto. Con el tiempo, si las sesiones del Congreso que solía cubrir con máximo interés se prolongaban, o peor, se declaraban permanentes, me descubría sollozando en los baños de los padres de la patria pues sabía que al llegar a mi casa mi hija ya estaría durmiendo, y yo me habría perdido momentos irrepetibles.

Con el tiempo también, en los consejos de redacción donde se asignaban viajes o cubrimientos especiales, que antes me peleaba con mis colegas, o a los que "me regalaba" sin dudar, resultaba yo cruzando los dedos bajo la mesa para que no me designaran o hablaba con mi jefe para que me relevara y me dejara quietica en primera, para así poder seguir al frente de mi casa.

Así, con frecuencia mis hijos se arrullaban con el sonar del canal del congreso o del noticiero del momento en lugar de las rondas infantiles, y se despertaban, - se despiertan aún- con la voz de Julio sintonizada en todos los radios de la casa, en vez de escuchar canciones o pajaritos. Rápidamente aprendieron cuando al ver televisión me debían llamar a gritos..."Mami, titulares", "mami!! última hora" .

Con la misma velocidad, yo dejé de sintonizar CNN para familiarizarme con la programación de cartoon network, disney channel o Nickelodeon. Finalmente hay que priorizar, y cuando vives en una ciudad lejos de cualquier mamá, suegra, cuñada, hermana o prima que te de una mano con el cuidado de tus hijos, y además tienes un esposo cirujano que maneja turnos y vive en permanente disponibilidad, las cosas se caen de su peso y la priorizada es facilita.

Por eso, desistí de trabajar al vaivén de las deliciosas redacciones de los medios, para buscar algo con un horario un poco más normal que me permita desempeñar mi rol materno...Sigo en la búsqueda, mientras tanto, mataré las ganas de escribir por aquí.